La arquitectura modular que poseen las
modernas computadoras brinda una ventaja extraordinaria, ya que permite una
flexibilidad sin precedentes tanto para el usuario como para los fabricantes.
Debido al enorme grado de estandarización que
a nivel mundial posee la plataforma PC, así como a la abierta política de
licencias que distinguió a IBM desde la creación de esta plataforma,
actualmente es posible para un fabricante de computadoras adquirir una unidad
de disquetes con algún proveedor en Singapur, el disco duro en una fábrica de
Malasia, la tarjeta madre de alguna fuente en Taiwan o el sistema operativo de
una compañía estadounidense, todo ello con la confianza de que al unir las
piezas, el sistema funcionará sin el menor problema.
Además, en caso de que alguno de los
proveedores salga del mercado o eleve sus precios de forma injustificada, el
fabricante de PC’s siempre tiene la posibilidad de cambiar a su proveedor
original por otro que presente un presupuesto más competitivo.
No sucede lo mismo en electrónica de consumo
tradicional (televisores, videograbadoras, equipos de audio), pues, si en los
aparatos se llega a detectar algún problema, por lo general el especialista
tiene que recurrir al servicio autorizado de fábrica, mismo que vende sus
refacciones a sus precios, dejando al usuario sin opción.
Sin embargo, en computadoras personales, en
el momento en que algún componente comienza a fallar, puede ser reemplazado por
uno de similares o superiores características sin importar si lo vende el
fabricante original o se adquiere a través de un tercer distribuidor.
Por ejemplo, supongamos que usted ya compró una
computadora y que por algún tiempo le ha servido satisfactoriamente. No
obstante, la unidad de disquetes comienza a fallar al momento de leer o
escribir los discos. En tal caso, es relativamente sencillo retirar la unidad
defectuosa, comprar una igual (en cuanto a formato y capacidad) y colocarla,
sin importar si la unidad original era de la marca X y la nueva de la marca Y,
pues de cualquier forma se garantiza una operación idéntica.
Gracias al recurso de
"modularidad", las barreras entre fabricantes de PC's se han ido
diluyendo poco a poco. Así, encontramos que la misma unidad de disco duro
Seagate que incluyen por ejemplo las máquinas Acer, también aparecen en las
Lanix, y los discos Maxtor de Compaq son básicamente los mismos que los
incluidos por Mitac.
Esto también ha traído ventajas para el
consumidor, ya que con ello puede liberarse de aquellas compañías que cobran un
sobreprecio por el simple hecho de que una máquina ostente su marca,
adquiriendo, por el contrario, un sistema de una compañía no muy conocida pero
que en términos reales se comporta y trabaja de forma idéntica al otro.
Precisamente, la arquitectura modular de la
plataforma PC es la base sobre la que descansa el concepto de actualización,
debido al cual podemos ir adaptando un sistema a las nuevas condiciones del
mercado o a las exigencias del nuevo software, traduciéndose en una vida útil
más larga y productiva de los equipos de cómputo.